miércoles, septiembre 14

Exposición "Una parte del Camino" de Julio Camino Sánchez. Xilografías de los años 40´s y 60´s.



La Galería Delbarrio celebra 7 años de existencia en el marco de la 5ta Bienal Internacional de grabado del ICPNA, y se complace en presentar las siguientes exposiciones de grabado: en las salas principales se mostrará “Una parte del Camino”, xilografías y tacos originales, obras seleccionadas de colecciones privadas comprendidas en las décadas de los años 40´s y 60´s del notable grabador trujillano Julio Camino Sánchez (JCS).



En la Sala Verde se presenta Julio Garay Terrazas con cinco piezas en gofrado sobre cartulina blanca inspiradas en el arte peruano precolombino, llama la atención el díptico de la cabeza clava de Chavín, de frente y de perfil, que sin palabras, alude a la calidad de “reo” del tiempo y del olvido, que ostenta gran parte de nuestro inmenso acervo cultural.

La muestra se inaugura el viernes 16 de setiembre a las 8pm y permanecerá en exhibición hasta el domingo 30 de octubre.

Una parte del Camino Xilografías y tacos originales de Julio Camino Sánchez (Trujillo 1914 – Lima 2007) Obra de la década de los años 40´s y ‘60´s “Julio Camino Sánchez es trujillano, de los intramuros de Trujillo, nacido dentro del viejo y plástico cogollo de la ciudad antigua. Es cronológica y numéricamente uno de los pocos artistas de oriundez concretamente trujillana (José Eulogio Garrido)”. Muy precozmente y de forma autodidacta agarró el lápiz para dibujar su entorno, la costa de Huanchaco, sus gentes y los paisajes desnudos y terrosos de las serranías aledañas. A los 12 años emprendió la tarea con las acuarelas, para pasar luego a la xilografía, técnica que aprendió también por cuenta propia, tallando sus tacos sobre maderos de cajones para manzanas y gubias fabricadas por él mismo con clavos afilados.

Durante la década de los años ’30, estos grabados ilustrarían varios de los artículos del diario La Industria de Trujillo, donde trabajaba junto a su padre. En el año 1934, con 20 años de edad y aun siendo autodidacta, presentó su primera individual en el Convento de San Francisco en Trujillo, gracias a su performance en esta muestra obtuvo una beca para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Lima del ’36 al ‘42.

Fue el escritor y periodista José Eulogio Garrido (Huancabamba 1888 – Trujillo 1967) una figura importante, un apoyo y un estímulo para que JCS continuara experimentando con la plástica. En agosto de 1946 así comenta en la Industria de Trujillo una muestra realizad en el Hotel Trujillo “Camino es un artista cuajado, sobrio, dueño de sus medios de expresión, consiente de sus ser y de su estar y de su responsabilidad... esta muestra de xilografías constituye un exponente claro, fuerte equilibrado de lo que ya es Julio Camino Sánchez como artífice plástico situado dentro de la sensibilidad y la modalidad expresiva de la época … ha sabido mantenerse en una posición de serena y sincera actitud … un exponente homogéneo, de bastante vigor y brillantez. Revela ella (la exhibición) que hay en el artista tres potencialidades: mente activa, ojos claros sin falsos cristales y mano firme, hábil y tenaz. Tiene otro aspecto cualitativo, la plasmación de motivos exteriores de recio y apenas tocado autoctonismo regional, lugares y gentes campesinas y marineros de Moche y de Huanchaco, algunos ángulos del Trujillo urbano de tan bella y señera prestancia, y algunos otros pocos ángulos del Ande próximo. Entre la xilografía hay algunas que resaltan más por su riqueza plástica, por su acierto de expresión y por la rotundidad de las líneas y de las masas.” En el año 1949 diría “Camino tiene su visión enfocada preferentemente hacia el paisaje. Y dentro de este amplio sector alucinante, al paisaje de la Costa, de la Costa nuestra, desértica y desolada… El artista ha plasmado sobria, y en veces líricamente, su visión de algunos rincones costeños; rincones desnudos de vegetación y sin protagonistas humanos, a menudo estorbantes, cuando no obsesionantes. Sólo que el trasunto, en algunos, es quizás demasiado sombrío y en otros casi con entrevero literario. Pero hay que pensar que en la Naturaleza, intrínsicamente multifacética, con frecuencia es más desconcertante, más acongojadora y más surrealista que la misma literatura; y también hay que pensar que cada hombre y más cada artista, vé el mundo de muy distinta manera.”

En Bellas Artes, JCS conoce a José Sabogal, que fue su maestro. Es importante señalar, que cuando Camino Sánchez estudió en la Escuela, ésta no contaba con un taller de grabado propiamente dicho, el taller de grabado, sería implementado posteriormente por Juan Manuel Ugarte Eléspuru en el año 1948, y JCS enseñaría en él. Cuando ingresó a la Escuela, Camino Sánchez ya dominaba la técnica de la xilografía y su obra poseía un lenguaje y un discurso propios que sintonizaron con el discurso plástico y cultural de su maestro.

Sin embargo, su interés iba más allá de retratar al indio y en gran parte de la obra de grabado realizada en la década de los años ’40 y posteriormente, se aprecia una exploración que busca una iconografía peruano contemporánea producto de la reinterpretación del arte rupestre norteño, del arte precolombino y del arte popular peruano, producto del mestizaje, pero también de sus paisajes y sus gentes. Esta es una época importante para Camino porque se introduce promisoriamente en la escena plástica local, a través de dos propuestas, la de registro de su tiempo y su entorno y la búsqueda de una iconografía peruana contemporánea. Sin embargo, también es la época en la que entra como docente a la Escuela de Bellas Artes y simultáneamente a dictar clases de arte en los colegios “José Granda” y “Ricardo Bertín” del Rímac y el “Pedro A. Labarthe” de la Victoria, este es un aspecto poco conocido pero importante en la vida del artista, porque está convencido, debido a su propia experiencia, que la libertad que otorga el proceso creativo y el dominio técnico que confiere el oficio, son herramientas que complementan la formación humana del individuo.

No hemos hallado obras de grabado de la década de los ’50 debido probablemente a que su labor pedagógica ocupo mayoritariamente su tiempo. Además de los colegios antes mencionados, inició, en colaboración con el director del Colegio “Cristobal Colón” de Lince, José Patiño y el entonces Embajador de El Salvador en Lima, Rafael Barraza Monterrosa, una ardua campaña para la enseñanza gratuita del arte en dicho plantel, que posteriormente llevaría el nombre del Embajador.

El éxito y la acogida de esta iniciativa, dieron origen a la Caravana Pedagógica de Pintura en diferentes zonas pobres de la Lima de entonces, que buscaba aplicar la pedagogía constructiva de la pintura infantil, que permite al niño despertar sus cualidades creativas y el interés por las artes plásticas. Esta Caravana, gracias también a la colaboración de la empresa privada, pudo visitar a lo largo casi una década a diferentes zonas deprimidas de la capital, como la Ciudad de los Niños, Ciudad de Papel, el barrio de Santoyo en el Agustino, Pájaros Fruteros en Magdalena del Mar, el barrio de Pedregal bajo de San Martín de Porres, entre otros.

En esta década JCS elaboró dos cuadernos destinados a la enseñanza del dibujo en las escuelas públicas de Lima, para 1 ° y 2° de Media, uno con motivos mochicas y otro con mates burilados y otros motivos andinos, ambos prologados por el escritor e historiador Arturo Jiménez Borja, quien junto a Luis Fabio Xammar y José A. Hernández, dieran vida a la Revista 3, vocera del Movimiento Cholista en la poesía, también creado por el trio. Luis Fabio Xammar, prologaría en los años ’60 una de las carpetas de grabado de Julio Camino Sánchez con un bello texto fechado en 1946.

En la década de los años ’60, Camino Sánchez retoma su trabajo creativo y productivo y elabora una serie de carpetas xilográficas dedicadas a la imaginería de Ayacucho, a las Iglesias de Quinua, a los Mates Burilados de Junín, a los Toros de Santiago de Pupuja, a las máscaras de diferentes danzas típicas y al arte precolombino de la costa norte. Estas carpetas representan una rica contribución a la documentación de su entorno natural y de las principales manifestaciones de arte popular producidas en los departamentos de Junín, Cajamarca, Cusco, Puno, Ayacucho y su natal Moche. En el año 1964 José Eulogio Garrido comenta así las cuatro primeras carpetas elaboradas por Julio Camino Sánchez “… insufladas de aliento peruanista... A inicio del año pasado publicó un Cuaderno titulado ‘Xilografía Contemporánea en el Perú’, una corta serie de maderas de nueve grabadores peruanos, con una obra por autor, participaron Eduardo Álvarez, Pedro Azabache, Tcóti Oscar Allain, Carlos Bernasconi, Camilo Blas, Julia Codesido, Julio Camino Sánchez, Julio Pantoja y José Sabogal. El cuaderno lleva unas frases prologadas por Edgardo Pérez Luna. Pocos meses después Camino Sánchez lanzó un segundo cuaderno, con un contenido exclusivo de xilografías suyas. Se abre con unas claras y liricas palabras del escritor que fuera Luis Fabio Xammar.

Y luego se suceden 13 grabados grandes, con motivos de paisajes y gentes de las tierras costeñas de Trujillo y de las tierras resquebrajadas de Otusco. La inspiración, perdón por la palabra, es nítidamente vernacular y la ejecución, o sea la técnica, está dentro del canon que se ha creído impositivo para todo lo nativo o ‘popular’. Trazos amplios y duros, de dureza mayor que la madera que los soporta. Camino en este Cuaderno se muestra quizás con más fuerza aparente que real. Con breve intervalo publicó un nuevo Cuaderno, con once xilografías coloreadas que reproducen otros tantos ejemplares de ceramios populares del departamento de Ayacucho (iglesias campesinas las más). Se llena una hoja con frases introductivas de Manuel Ugarte Eléspuru. La ejecución es magnífica, tanto que casi importa una ‘recreación’ de los motivos, si se puede decir así, sin que resulten a la postre amenguados, sino más bien acentuados, su prístina frescura y su prístino vigor. Es un Cuaderno de difícil superación. Finalmente, hará poquísimos meses ha aparecido el cuarto y último Cuderno, también con once xilografías coloreadas, previas palabras de Cecilia Bustamante.

El contenido es literalmente reproductivo de unos cuantos especímenes de ‘arte popular’ del Perú, con diversidad de procedencia: Ayacucho, Cajamarca, Cusco Huancayo y Pucará. Objetos de material diverso: cerámica, plata, hojalata. La presentación de los últimos tres Cuadernos, más que discreta, es abiertamente espléndida. Como esfuerzo inicial y difusorio, casi toca los lindes de lo extraordinario. Y por eso merece Camino Sánchez elogio sin regateo. Y bien vale aconsejarle persistir en su modalidad del Tercer Cuaderno, que ha de quedar como jalón resaltante. Creome obligado, por ser observador atento de su tarea de trabajador de arte, desde su comienzo, hace más de treinta años, a expresar mi esperanza de que Julio Camino Sánchez, emplee estos años de su madurez en ahondar su vena propia y en traducirla en obra plástica intransferible, sin escarceos y sin excursiones fuera del peruanismo autentico que tiene raíz profunda y horizonte amplísimo, y por esto mismo, tiene también, simiente inequívoca de universalismo (José Eulogio Garrido, Moche, julio de 1964, La Industria de Trujillo, domingo 2 de agosto 1964)”.

En esa misma década el poeta huancaíno Antenor Samaniego en sus Poemas de Otoño, le dedica la siguiente apología lírica: CAMINO SÁNCHEZ Hay un eco recóndito que se ausculta a lo lejos Hay una sucesión de paisajes de costa: La torre blanca, el cerro, la luz, los huertos viejos, La plaza que se asoma, la calle que se angosta … Una pupila atenta y una mano de artista … Y, de pronto, en la tela, se realiza el milagro … Le proporciona el cielo topacios y amatistas Y ondulaciones leves de mujer le da el agro … Y los pinceles surten magníficos efectos Sobre las telas limpias de blancor impoluto. Los médanos emergen como senos erectos Con el diáfano encanto de un silencio absoluto … Surge la geometría de la ciudad monástica: Los portones antiguos, los patios, los zaguanes … La palma, hacia el crepúsculo, yergue su fronda elástica … Oh campos que anduvieron mochicas y tallanes … ¿Quién es el visionario que acopia esos parajes? Es el pintor Camino Sánchez. En su paleta, maravillosamente se embrionan los paisajes Con luces de cobalto, de cadmio, de violeta … Se abrazan y confunden rectángulos y esferas. El arenal estira su piel lechosa y suave. Reposan los montículos cual núbiles caderas Y algún árbol vigila, de arriba, como un ave … El maestro detiene el tiempo y perenniza … Las imágenes varias del litoral inmenso Nacen en envolturas de cal y de ceniza y se abren como pétalos de rosas sobre el lienzo. La mano dirigida por la pasión recorre la textura del lino y va estampando en ella la gracia de la china, la imagen de la torre, o la forma del ñorbo o la luz de una estrella … Y estremecido, en éxtasis, se queda unos instantes. Después otro episodio y otra aventura luego. Se dan las pinceladas gozosas, fulgurantes, Como crepitaciones de bosque en pleno fuego. El pintor trotamundos continúa su andanza. Se pierde en el desierto, se diluye en la bruma. No da tregua a sus plantas ni a sus manos descansa y pinta y pinta y pinta con impaciencia suma. Acuden los colores a rara brujería y él los aprehende y plasma dándoles existencia. El capta la materia bruta, y en poesía nos la da, yo no sé si por magia o por ciencia … Este es Camino Sánchez. Ahí lo tenéis, amigo, El de toscos indios y las indias bravías, El que pintó el maíz, la patata y el trigo Sobre el vientre desnudo de nuestras serranías… (Antenor Samaniego).

En 1968 Julio Camino Sánchez obtuvo el Primer Premio Adquisición en el IV Salón de Grabado
del ICPNA con la obra Batan Chico (xilografía 53 x 53 cm), y contó con el jurado conformado por Juan Manuel Ugarte Eléspuru, Adolfo Winternitz, Edgardo Pérez Luna, Arturo Kubotta y Carlos Bernasconi. Posteriormente JCS sería jurado en los Salones de 1970, 1977, 1984, 1985 y 1988. Camino Sánchez era un observador entrenado, una persona sobria como los paisajes que dibujaba, de pocas palabras y de un gusto particular por la poesía, que se manifiesta en la elección de quienes prologaron sus carpetas Cecilia Bustamante, Luis Fabio Xammar y Antenor Orrego entre otros.

Encontramos que la obra de Julio Camino Sánchez, representa no sólo el virtuosismo de quién sabe restarle a la madera trozos de su carne para liberar la forma que en ella observa el artista, con la añadida complejidad de efectuar el trabajo en espejo, para poder posteriormente imprimir el “taco” original sobre papel, representa también, un invaluable registro de un pasado reciente, que abarca casi todo el siglo XX y que no ha podido ser visto o conocido por mucha gente. Con esta muestra queremos poner en conocimiento de las actuales generaciones no solamente el trabajo de este poco conocido grabador peruano, que registró con la técnica de la xilografía muchas de las costumbres, paisajes y arte popular de su época, también buscamos ubicarlo en la línea del tiempo junto a otros referentes con los que compartió la escena artística e intelectual peruana, para interpretarlo desde en una perspectiva más amplia.

En una entrevista aparecida el 4 de agosto de 2005 en el diario La República en ocasión de la última retrospectiva en vida de JCS a los 91 años de edad, realizada en la Sala Belisario Suárez del Museo de Sitio del Parque Reducto, el artista manifiesta “He experimentado con todas las técnicas y con todas las corrientes: el indigenismo de Sabogal, el de Vinatea Reynoso, el cubismo. En el grabado me inspiré en la escuela mexicana. También he incursionado en el pop art y la abstracción. No me considero entonces un pintor indigenista”, afirma en dicha entrevista. A pesar de los indudables avances culturales de nuestro tiempo, existen aspectos de la identidad peruana que nos faltan resolver, se percibe un cierto “pudor” en abordar la “cuestión”. Racismo, clasismo, machismo y otros ismos son todos herencia de una historia nacional no resuelta, no son fantasmas, sino realidades que viven con nosotros día a día, y se transportan en costosos autos, en el metropolitano, el tren eléctrico o van a pie.

El indigenismo fue un hito en el largo y tortuoso proceso de construcción de un discurso nacional que integre nuestra pluralidad, que intentó equilibrar la balanza de nuestra mal aspectada realidad de inicios del siglo pasado, pero que resultó insuficiente, entre otras cosas porque no representaba nuestra enorme diversidad. En el actual estadio de dicho proceso sería saludable comenzar a hablar de peruanidad, despercudiendo el término de conceptos obsoletos y limitadores, porque hablar de peruanidad hoy, implica hablar de integración y horizontalidad, un paradigma diferente al empleado actualmente, más relacionado con la verticalidad y la jerarquización, y esto resulta reparador, en el más amplio sentido de la palabra.

Este creo era el interés y la búsqueda de JCS, muchos periodistas de su época le atribuyeron el título de peruanista, en su natal Trujillo nunca fue señalado como indigenista. Raúl Rosales hijo del pintor boliviano del mismo nombre radicado en Lima, decía “el Perú será un mejor lugar cuando todos seamos peruanos y dejemos de ser cholos, indios, mestizos, mulatos, chunchos y serranos”, las etiquetas dividen y reclaman adeptos. Llevamos así casi cinco siglos, tal vez sea el caso de sintonizar con el periodista peruano Javier Lizarzaburu (Lima Milenaria) entre otros que proponen cambiar nuestros paradigmas a este respecto y modificar la Hoja de Ruta hacia nuestra integración, optando por dejar atrás la Independencia, que nos transporta directamente a dar vueltas en el círculo muy vicioso de nuestro pasado, contaminado de injusticias, oprobios, lamentos y segregación para celebrar en este Bicentenario, 200 años de República y mirar hacia adelante, aceptando, reconociendo, valorando y entendiendo nuestro pasado y el proceso que nos ha traído hasta hoy, para pensar en el mañana.

Reconocimientos 
A lo largo de su vida Camino Sánchez recibió incontables premios y distinciones, representó al Perú en numerosas Bienales Internacionales de grabado, como Madrid, Venecia, Tokio, San Juan de Puerto Rico, Sao Paulo entre otras. Obtuvo, el Primer Premio en el Salón Internacional del Grabado de Valparaíso - Chile, 1939; el Primer Premio Municipalidad de Lima, 1942; Medalla de Plata y Diploma de la Municipalidad de La Victoria, por su labor artística, 1947; Medalla de Oro ANEA, 1963; Tercer Premio Grabado ICPNA, 1967; Primer Premio de Grabado ICPNA, 1968; Medalla y Diploma por sus 65 años de labor docente y artística, Municipalidad de Lince, 2000. El acervo de Drawings & Prints del Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York, cuenta con una xilografía suya del año 1967, denominada Vindivil.

Gabriela Tineo Sanguinetti
Directora Galería Delbarrio
Chorrillos, 6 de setiembre de 2016.


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jueves, septiembre 1

Visita Guiada de la Exposición "Belleza Peruana" de Yayo López

Hoy jueves 1 de setiembre a las 7pm habrá una visita guiada a cargo del artsita Yayo López de la exposición de fotografía "Belleza Peruana" en la galería. No te lo pierdas!


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